El proyecto de vivienda en “Avenida del Oeste” se encuentra en el histórico barrio de “Ciutat Vella”, en el centro de Valencia. El edificio, que tiene sus fachadas protegidas, se encuentra junto al Mercado Central, con vistas hacia sus maravillosas cúpulas.

 

La nueva propuesta de vivienda entiende la relevancia del entorno como punto de partida del proyecto y lo pone en valor a través de una composición que busca un equilibrio armónico entre tradición y modernidad.

 

La manera de entender el arte y la vida de la joven pareja que habita la vivienda, ha facilitado todo el proceso de diseño y construcción, haciendo del transcurso una gran experiencia.

 

La preexistencia como punto de partida

 

Inspirándose en los antiguos armarios ornamentales que recorrían y organizaban visualmente las paredes interiores del inmueble, se propone un panelado de madera lacada en color blanco leche. Esto otorga a la propuesta un carácter contemporáneo, inspirado en la preexistencia. Se mejora el aislamiento térmico y acústico, al mismo tiempo que se integra el almacenamiento y la estructura en la propuesta. Dejando los espacios libres para ser habitados.

 

El zócalo es el hilo conductor que ordena los espacios.  Recoge las puertas integradas, la cocina, los armarios y los revestimientos de mármol de los baños, generando armonía y orden en la vivienda.

 

Espacios de la vivienda

 

La vivienda cuenta con 205 m2 de superficie y se divide en tres zonas diferenciadas. En el acceso se encuentra un amplio recibidor, con un corredor desde el que se accede al estudio, gimnasio y baño público. A continuación, se ubica el salón, comedor y cocina compartimentado únicamente por mobiliario fijo. Al final de la vivienda se dispone la suite principal con el baño y vestidor incorporados.

 

Acceso

 

El acceso a la vivienda conserva las molduras en los techos, dando testimonio de la decoración original. El pasillo abovedado del corredor surge como mecanismo para evitar la demolición de unas molduras en ménsula que pretendían ser respetadas, a la vez que contribuyen a reforzar el efecto escenográfico de entrar y salir de la vivienda.

 

Zona de día

 

La zona de día, compuesta por la cocina, el comedor y la zona de estar, cuenta con las vistas más espectaculares de la casa. Está caracterizada por ser un espacio continuo en el que la compartimentación se produce únicamente a través de elementos de mobiliario, lo que posibilita la continuidad visual entre las salas.

 

El comedor cuenta con un techo curvo que recoge la idea de la bóveda del pasillo, generando una continuidad visual y contribuyendo a la organización de las estancias.

 

La cocina dispone de módulos de armario para almacenamiento y zona de agua, y de módulos de columna con electrodomésticos integrados, quedando este espacio recogido y separado visualmente del salón.

 

Todas las piezas de mobiliario fijo han sido cuidadosamente diseñadas por nuestro estudio. De este modo la chimenea a dos caras, la mesa del comedor y la isla, los lavabos integrados, la cama del dormitorio principal y la composición de los armarios se entienden como pequeñas obras de arte que conforman la atmósfera serena y pulcra de la vivienda.

 

Suite

 

La habitación principal, el baño y el vestidor se disponen al final de la vivienda. En el acceso se encuentra una cama diseñada a medida, con armarios a ambos lados para integrar pilares, resolver las mesitas de noche e integrar la iluminación.  El baño, de piedra natural negro marquina, se conecta con el espacio a través de grandes paneles correderos. Cuenta con gran cabina para ducha, gran bancada para los lavabos y cabina de inodoro con posibilidad de independizarse. El vestidor se encuentra en la parte trasera y cuenta con gran capacidad de almacenamiento y un pequeño tocador.

 

Iluminación y materialidad

 

La iluminación, regulable y controlada a través de app, ha sido proyectada con el objetivo de dar un carácter íntimo y cálido a los espacios.

 

Los materiales empleados en el proyecto son de origen natural y auténticos, como la madera y los mármoles. Los tonos crema y marrón predominan en las estancias, pasando por toda la paleta cálida desde oscuros a claros. Todo ello en consonancia con algunos elementos de color anaranjado, como el fuego de la chimenea o la luz reflejada en los foseados en color cobre del mueble del salón o dormitorio principal.

 

La idea ha sido generar una gama cromática amplia, pero en armónica, cuidando hasta el último detalle.