arquitectura de lujo
Arquitectura de lujo, conceptos que pueden variar según el sentido que le demos. ¿Qué tiene más valor, una pared de oro o un patio, de cuatro paredes de ladrillo, que enmarca el cielo?
En la sociedad actual en la que vivimos, lujo es una palabra que se utiliza con demasiada facilidad, especialmente en el sector inmobiliario. «Vivienda de lujo» se relaciona con un barrio, el valor económico de una propiedad, una cantidad de metros cuadrados o el coste de los acabados.
Arquitectura de lujo es para nosotros algo puramente inmaterial, el lujo está en el ambiente, es la manifestación del bienestar: una ventana que mira hacia un árbol, un patio abierto al cielo, una estancia bañada por la luz natural o una simple textura. Aire, iluminación, calidez, hogar.
Las personas pasan la mayor parte de sus vidas en el interior de espacios arquitectónicos e interactúan a diario en ellos. La arquitectura influye enormemente en el estado emocional de todos los individuos. Determinar las directrices de diseño más adecuadas es el lujo del siglo XXI. Mejorar el confort y el descanso, la iluminación natural para regular el reloj biológico, las atmosferas que recargan o relajan la energía. Diseñar espacios para rendir mejor en el trabajo, el estudio o simplemente disfrutar con tus seres queridos.
Lujo son los materiales nobles y sus formas, texturas y olores. Esos que relajan a través del tacto, la vista o incluso el olfato. Materiales como la madera, la piedra, el lino o la piel. De origen natural y que envejecen de manera que se ensalza su belleza. Lujo son los detalles que consiguen la máxima expresión del material, la solución óptima y mínima para alcanzar la belleza y el confort deseado.
«El lujo está en el espacio, está en el vivir»
Ricardo Bofill